miércoles, 2 de octubre de 2013

¡Salud! con clorofila


Pasan entre tres y cinco días para empezar a sentir los beneficios de la clorofila en el organismo.  Este pigmento verde es cada vez más utilizado en su forma pura para tratar problemas digestivos, circulatorios y de diversa índole.

Esta sustancia también puede aplicarse localmente sobre quemaduras o úlceras secundarias, debido a que actúa como un cicatrizante natural.

Los científicos se las han ingeniado para extraer la clorofila y concentrarla en líquidos y tabletas.  Es un hecho que su ingesta frecuente mejora el sistema digestivo, combate infecciones y desintoxica el organismo.

Casi cualquier persona puede ingerir clorofila: niños, niñas, hipertensos, diabéticos, quienes tienen problemas digestivos, cáncer y otras enfermedades.  Inclusive, se ha recetado a bebés, pero en cantidades menores.

Entre sus bondades están ayudar en la digestión, aportar vitaminas del complejo B y K, así como fibra.  Además, funciona como antioxidante pues retrasa el proceso de envejecimiento.

Consumirla pura todos los días también ayuda a disminuir el mal aliento, fortalece la memoria, e incrementa la producción de glóbulos rojos.

Asimismo, se ha comprobado en animales que su consumo frecuente baja los niveles de triglicéridos y de colesterol, pero estos beneficios aún no han sido analizados en seres humanos, dice Lilian Rosal, nutrióloga.

Mara Corado, nutricionista, explica que aunque el consumo de clorofila tiene ventajas, no debe pensarse que éste es un complemento de vitaminas y minerales.  Es importante su integración a la dieta de alimentos necesarios para la buena salud.



A favor de la salud

Desde el inicio de la existencia humana, las plantas han jugado un papel importante no sólo como sustento, sino también se les han atribuido todo tipo de propiedades.  Por ejemplo, varias de ellas son consideradas antídotos y hasta han sido utilizadas de generación en generación para el tratamiento de infinidad de enfermedades.

La clorofila fue descubierta en 1817 por los franceses Pierre Pelletier y Joseph Caventou, quienes lograron aislarla de las plantas por primera vez.

En 1913 Richard Willstatter, un químico alemán, descubrió otro de los atributos más importantes de la naturaleza: la semejanza de la clorofila con la sangre humana.  Este avance en la ciencia hizo posible apreciar que ambos -clorofila y sangre- poseen carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno.  La diferencia es que las plantas en lugar de tener hierro poseen magnesio como complemento.  Por eso, la presencia de clorofila en la vegetación hace que al recibir la energía solar se activen los nutrientes necesarios para proceso de fotosíntesis.

Todos los días... toda la vida

La clorofila puede consumirse desde la niñez y algunos especialistas se inclinan por ingerirla toda la vida.

Se mezcla una cucharada de esta sustancia por cada vaso de agua, y debe tomarse por lo menos un litro diario, o bien una tableta cada día.  Si la clorofila es recetada para tratar una enfermedad específica, las cantidades pueden variar, pero deben ser indicadas por un profesional.

Al comprar la clorofila, aun en tiendas de medicina natural, debes cuidar que el producto cumpla con los estándares de calidad.  Prefiere los que tienen raíz de alfalfa y algas.

Doris Motta, especialista en medicina biológica, explica que este producto también puede prepararse en casa, aunque de esa manera no se sabe con certeza la cantidad y la calidad de clorofila que se obtiene.  El procedimiento consiste en recolectar hojas verdes comestibles y pasarlas por un extractor o una licuadora y agregar una tercera parte de agua.  Nunca le añadas azúcar porque se perderán las propiedades de los vegetales.

La enciclopedia médica virtual Medline Plus hace énfasis en que rara vez se ha presentado una reacción adversa.  La diarrea y los cólicos son los síntomas más característicos y, al presentarse estas señales, es necesario acudir de inmediato con el médico.  Ten en cuenta que para un buen diagnóstico será necesario indicar al profesional cuál fue el producto consumido, la cantidad y hora en la cual se ingirió.

Por ahora está contraindicado a los consumidores de anticoagulantes debido a su contenido de vitamina K, la cual podría interferir en el éxito del tratamiento, comenta Motta.

Las preferencias por alimentos han variado en diversas etapas de la historia humana, pero hoy nos encontramos de nuevo en el gusto por productos orgánicos, y la clorofila es uno de los favoritos.  Mara Corado, nutricionista.

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